sábado, 24 de septiembre de 2011

Cap. 2 La vida tiritando en una estrella.

 Gabriela se sentía sola, estaba rodeada de cientos de desconocidos como locos buscando donde tenían que facturar. Apoyada en su maleta azul, esa que era de su padre.  Como todas las demás personas del aeropuerto, esperaba a que fuera la hora de embarcar. En concreto esperaba el avión de las seis menos cuarto destino Londres, y cuando miro el reloj se dio cuenta de que esa hora estaba cerca, asique se levanto cogió su maleta por el asa y se dirigió con algo de prisa a la puerta de embarque. Tenía un nudo en el estomago, no sabía si era porque sueño iba a hacerse realidad, o por los nervios de no saber lo que allí la esperaba.





Se sentó en el asiento del avión, no era muy cómodo, pero era su única opción en tres horas no podría moverse de allí. Saco su Black Berry del bolsillo del pantalón, pero solo pudo ver el icono de un pequeño sobre con un 5 al lado, tenía cinco mensajes, es obvio que uno sería de sus padres, puede que otro de su abuela, y el tercero de alguna de sus amigas, posiblemente Gema. Pero fueran de quien fueran lo comprobaría después de despegar ya que la azafata había pedido que todos los móviles fueran apagados para el despegue. A Gabriela no le gustaban demasiado los aviones, no le daba demasiada confianza, sobre todo después de que Elisa, muriera en uno hace varios años.
Por eso intentó pensar en otra cosa, lo intento con todas sus fuerzas, pero sus esfuerzos no valieron de mucho. Comenzó a sentir miedo, ya notaba como el avió se elevaba, y no pudo evitar recordar ese día, aquel 11 de septiembre, a las once de la noche, cuando llegaría esa llamada, la que sería el comienzo de un año no muy bueno para ella. Pero por suerte cuando estaba a punto, de sumergirse más en sus recuerdos, la voz de una azafata resonó en el avión, dando el aviso de que el despegue había terminado.
Sacó su Black Berry del bolsillo derecho de su pantalón corto. Como antes había visto tenía 3 mensajes. Uno de sus padres, otro de Gema, tal y como esperaba. Pero el último, eso si que era una sorpresa.
Tiene un mensaje sin leer: Jon. El corazón le da un vuelco. Tenía muchas ganas de leerlo, pero otra parte de ella tenía miedo, de decepcionarse porque fuera menos de lo que esperaba. Mil cosas se le pasaron por la cabeza, en cinco segundos. Finalmente pulsó la tecla que iba a abrir aquel mensaje, ese que sería el mensaje que daría un vuelco a su vida.
Jon: Se que ya te has ido y que este mensaje no va a cambiar nada, que no vas a volver a pesar de esto. Pero quiero que sepas algo que nunca te he dicho y que siempre he sentido: Te quiero.
Después de leerlo sintió cosas que ni ella entendía, ¿Alegría tal vez? Por una parte sí, ella siempre quería oír esas palabras. Pero impotencia era la definición de lo que se le pasaba por la cabeza, si esas palabras le encantaban, pero llegaron  demasiado tarde, cuando ella ya no podía hacer nada. Puede que fuera su culpa, no tenía que haber dado pie a que fuera el quien las dijera, si ella hubiera tenido valor a decirlas, todo sería diferente. ¿Pero como iba a imaginar que lo mismo que sentía ella por Jon lo sentía él? Era casi imposible imaginarlo, era una relación rara, apenas se hablaban incluso mostraban indiferencia el uno por el otro. 

martes, 13 de septiembre de 2011

Gabriela.

11-2-2011
Redacción, legua .

¿Que como soy? Ni yo misma me conozco. Pero hay tres palabras clave: desconfiada, bipolar y divertida. 
Lo que busco es solo ser feliz, pero parece ser más difícil de lo que pensaba. No se me da bien guardar secretos y como me digas algo que no acepte, cuidado. Cuando realmente quiero algo me da igual tener que mover mundo para conseguirlo que hasta que no lo tenga no dejaré de intentarlo. ¿Luchadora? Puede. ¿Cabezota? al cien por cien. Y orgullosa a más no poder. Pero sobretodo desconfiada. Si sobretodo desconfianza en mi misma, punto débil, supongo que todos tenemos alguno.
Me afecta todo lo que digan sobre mí, sea quien sea el que opine. Y cualquier cosa que me pille en mal momento me hunde hasta poder tocar fondo. Si , también se levantarme pero a veces me quedo demasiado tiempo en el suelo.
Desordenada a más no poder, distraída más todavía . Pero sobretodo soñadora.

Gabriela López Moreno 3ºb